martes, 1 de noviembre de 2011

Transparencia

Dedicada a Francisco Horta.

Francisco era un apasionado de la transparencia.
Desde que el programa federal se instaló en todas las dependencias de los tres niveles de gobierno, comenzó a pedir información tras información, solicitud tras solicitud, dato tras dato.
Un día pedía los gastos de los diputados, otro el salario del achichincle del achichincle y luego su curiosidad se extendía hasta saber cuántos dulces se entregaban por evento, cuántas botellas de agua y cuántos metros cuadrados ocupaba la tarima donde el alcalde municipal realizaba sus discursos.
Un día se le ocurrió quizá lo que desde su punto de vista era la pregunta más genial de todas: pedir al Instituto Federal Electoral y al Registro Civil cuántas personas se llamaban como él, así las empezaría abuscar para formar el Club de Paco.
Para su sorpresa resultó que no tenía homónimos, había muchos Franciscos, pero ninguno se llama exactamente igual.
Pero debajo de la lista del IFE vio un dato que le preocupó: Finado.
Buscó en la lista del Registro Civil y también decía la misma frase: Finado.
Comenzó a sentirse mal, y vio que su mano derecha poco a poco comenzaba a ser traslúcida y podía ver através de ella.
Al fín Francisco se había vuelto transparente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario