lunes, 12 de diciembre de 2011

Todas las mañanas pensaba en ella, con tal intensidad que las tonalidades matutinas cambiaban al color de sus ojos.
Un día mientras iba a iniciar su ritual cotidiano algo pasó y de prontó dejpo de pensar en ella.
Y sintió un alivio diferente, se sintió ligero y sin presiones, libre de todo.
A partir de entonces las mañanas dejaron de ser monocromáticas: supo entonces que su amor valía la pena para buscar un corazón vacante y dispuesto a escuchar sus latidos

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