miércoles, 18 de julio de 2012

Yo soy Scout, de corazón



Mi infancia fue feliz en gran parte por la libertad y responsabilidad que me ofrecieron dentro del Movimiento Scout en el Gupo IV.
Nos reuníamos en los terrenos de la Bodeguita de Orsini, rumbo a la fábrica de la Pepsicola en el Barrio de Guadalupe todos los sábados; los domingos íbamos a misa en el templo de San Judas Tadeo en la colonia Martinica.
Ahí conocí a excelentes personas como Francisco Robledo Noriega, alias Panchisco, y Víctor Noel Maciel Quiros: ambos formamos una amistad que a pesar de algunas dificultades propias de la edad mantenemos todavía.
De mi estancia en los Scouts han pasado ya muchos años, basta decir que ingresé al Movimiento cuando cursaba el sexto de Primaria y lo dejé al ingresar a la Preparatoria porque me fue imposible combinar ambas cosas.
Ahora leo con tristeza la noticia donde indican que los Boys Scouts de Estados Unidos emiten un rotundo no a que existan en sus filas personas homosexuales.
Dónde quedó los ideales de hermandad de Badel Powell fundador del Movimiento, dónde está esa hermandad que trascendía fronteras, dónde hay el espíritu de igualdad que nos inculcaron en cada junta, en cada Corte de Honor.
Una vez Scout siempre Scout dijo María Lugo que todavía pertenece al movimiento y que yo conocí por mis andanzas en el grupo VI; por eso duele la decisión que es discriminatoria por cuallquier ángulo que se vea:
Aún así, yo soy scout de corazón.

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